Los ingleses lo han dicho siempre: one apple a day keeps the doctor away (una manzana al día te mantiene lejos del médico). De entre las frutas, las manzanas figuran entre las preferibles para corredores de larga distancia por una razón: su bajo índice glucémico. Al comer manzanas no se produce un pico brusco de glucosa y por ello el perfil de la absorción es más lento y adecuado. Si comparamos su índice glucémico con el de la miel, por ejemplo, nos encontramos con que es menos de la mitad: 87 frente a solo 39 de las manzanas. Cuando tomamos cualquier alimento rico en glúcidos, los niveles de glucosa en sangre se incrementan progresivamente según se digieren y asimilan los almidones y azúcares que contienen. La velocidad a la que se digieren y asimilan los diferentes alimentos depende del tipo de nutrientes que los componen, de la cantidad de fibra presente y de la composición del resto de alimentos presentes en el estómago e intestino durante la digestión. Estos aspectos se valoran a través del índice glucémico de un alimento. Como conclusión: si la sesión es larga seleccionaremos alimentos de bajo índice glucémico, si es corta (1 hora aproximadamente) evitaremos los alimentos de bajo índice glucémico, ya que su efecto a nivel de aporte de energía aparecerá; cuando hayamos finalizado la actividad. Estas frutas son: fresas, manzana, cerezas, pomelo, naranja y pera. Independientemente del tiempo que vayamos a dedicar a hacer deporte, siempre es recomendable descartar la fruta que no esté; madura, así como la que puede provocarnos un efecto laxante, como sería el caso de las ciruelas.
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