Son muchos los tipos de culpa que un corredor puede sentir. Las hay relacionadas con la necesidad de dedicar más tiempo a la afición de correr y las hay que se derivan de estar dedicando demasiado. Esta culpa puede derivar en un trastorno psicológico, que ha sido bautizado como ‘gilt run’ o ‘carrera culpable’.
Correr para sentirse mejor
Una de las culpas más comunes es la que se siente cuando se ha hecho algo que consideramos inapropiado, como por ejemplo comer demasiado, y para compensarlo decidimos salir a correr. Pero no es la única situación en la que un corredor puede sentirse culpable, y es que cada vez es más frecuente sentirse mal consigo mismo por dedicar demasiado tiempo a correr. La culpabilidad inicial que puede crear en nosotros acciones como la que hemos señalado antes puede derivar en que nos obsesionemos en salir a correr hasta el punto de dar de lado el trabajo o los estudios, lo cual despierta en nosotros un sentimiento de culpa aún mayor que nos puede llevar a empeorar nuestras relaciones personales.
Competir en exceso
Se da un tercer tipo de culpa de la que además es particularmente difícil deshacerse: la de haber dedicado demasiasdo tiempo a conseguir unos objetivos deportivos cuando realmente tenemos el running como pasatiempo.
Obsesión como resultado de la culpa
A menudo este sentimiento de culpa lleva a la obsesión. Existen algunos síntomas que pueden ayudarnos a discernir si la práctica de running se nos ha ido de las manos: La sobreentrenamiento (esfuerzo físico extra que pueda derivar en lesiones) , el abandono o la baja autoestima.
¿Qué recomiendan los profesionales?
- Preguntarnos a nosotros mismos por qué corremos, y si la respuesta alerta de que estamos siendo demasiado competitivos o de que estamos priorizando correr sobre las relaciones personales tenemos que tratar de dosificar, sin dejar de practicarlo.
- Debemos ser flexibles con el tiempo y los horarios. No pasa nada si un día no podemos salir a correr o lo hacemos a otra hora.
- Tenemos que intentar no auto exigirnos y evitar reiteraciones del tipo: “Tengo que salir a correr”.