El trail running es una modalidad que está en auge en nuestro país y por ello han nacido tantas carreras de montaña en estos últimos años. Si también te has unido a este fiebre por la montaña, te damos una serie de consejos que te vendrían bien: En la montaña la climatología es muy cambiante. Puedes pasar de morirte de frío a morirte de calor en apenas unos minutos. Lleva ropa en la mochila para afrontar cualquier situación meteorológica. Nunca se sabe, Caminar es a veces más eficiente que correr. Si estamos subiendo una pendiente con una inclinación muy fuerte, quizás el gasto que conlleva correr es proporcionalmente superior al que lleva andar para ganar tan solo unos minutos al cronómetro. Conciénciate desde el principio que el concepto de ritmo tal y como lo conocemos para el asfalto, no existe en la montaña. Puedes tardar quince minutos en hacer un kilómetro y cuatro minutos en hacer el siguiente. Todo depende del desnivel y del terreno. Extrema la precaución cuando haya llovido y transites por zonas rocosas. El apoyo en rocas humedecidas por la lluvia es uno de los momentos más complicados para el corredor de montaña. Irás cogiendo experiencia en estas situaciones. Elige una zapatilla que tiene buen agarre y tracción. En la montaña en apenas unos kilómetros podemos pasar por todo tipo de terrenos: pistas, senderos, rocas, raíces, barro, etc. Necesitamos que nuestra zapatilla sea polivalente y responda bien en todo tipo de superficies. En muchas zonas de montaña te encontrarás con pequeños riachuelos poco profundos que puedes cruzar sin problema. Da pocas zancadas y rápidas, de manera que tus pies solo toquen el suelo una fracción de segundo. A la hora de afrontar una subida, puedes ayudarte de tus dorsales apoyando la palma de las manos en tus rodillas y haciendo un movimiento de palanca para dar zancadas. Aunque estés en esa posición, no cometas el error de agachar la cabeza. La vista siempre tiene que ir bien al frente.