A la hora de enfocar los diferentes métodos para fortalecer los glúteos se comenten muchos errores derivados de la falta de constancia, de la pereza o simplemente de la desconfianza. Pero ¿Es posible moldear esa poética y mítica región de la anatomía humana y, de paso, deshacerse de la temida “piel de naranja”?
- Un clásico efectivo. Si no se ha hecho aún, hay que habituarse a hacer sentadillas, zancadas y patadas posteriores de glúteo; cuestan pero son lo más efectivo. Con 3 series diarias de 30 cada una, sería perfecto… Pero hay que recordar ser constante para notar los resultados.
- Plantearse un reto. Sustituir el ascensor por las escaleras y hacerlo también con las escaleras mecánicas. Es un ejercicio sencillo que animará a superarse día a día. En pocos meses se tendrán otros glúteos.
- Aunque parezca mentira… se deben contraer los glúteos siempre que se pueda. Sentado en la oficina, en los semáforos, atascos…etc ¡Cualquier excusa es buena!
- Pasear. Ahora que ya hace buen tiempo… No hay excusa que valga. Está comprobado que caminar, al menos, 30 minutos diarios reduce el volumen de grasa acumulado en esa zona tan conflictiva. Dígale adiós al transporte público, ¡y estire las piernas allá donde vaya!
- Cuidar la alimentación. El 70 % de la apariencia del cuerpo está en la dieta. Se debe uno despedir del azúcar, el café o el exceso de fruta ¡Ha leído bien! Algunas frutas y verduras son falsos amigos porque hinchan. Es el momento perfecto para hacerse fan del té verde, la piña o las sardinas, ricos en antioxidantes y con un buen efecto diurético que mantiene a raya el organismo.
- Beber agua. La hidratación es fundamental para conseguir una apariencia espléndida. Beber dos litros de agua diarios mejora la piel notablemente, a la vez que evita la retención de líquidos.
- No abusar de prendas demasiado ajustadas. Los pantalones ajustados son uno de los mayores enemigos de la celulitis porque no dejan respirar a la piel y la aprietan, dejando un rastro muy difícil de eliminar después. Por ello, ropa más suelta y adaptada al cuerpo es la mejor opción, ¡su piel lo agradecerá!
- Ducha de agua fría. Parecerá una locura, pero pruebe con los cambios de temperatura y presión del agua en sus piernas y glúteos, ¡adiós hinchazón!
- Masajearse. Diariamente movilizar la zona con masajes e hidratación (movimientos circulares y siempre hacia arriba) la constancia es primordial.
- “La paciencia es la madre de todas las ciencias”. Hablamos de un proceso seguro, pero esforzado y lento, donde la perseverancia y el sacrificio son fundamentales.