Los deportistas sabemos que es habitual sentir molestias o dolores musculares, no quiero decir que debamos normalizar la creencia de que «si dolió el ejercicio será más efectivo», pero en especial en el running dónde existe una gran repetición de movimientos seguidos y el impacto constante sobre articulaciones y tejidos blandos, es normal la percepción de estás molestias sin que se trate precisamente de una lesión o de un mal desempeño del entrenamiento en cuestión.
En este sentido, los alimentos antiinflamatorios pueden ser de gran ayuda para recuperar los músculos y tejidos doloridos y tensionados.
Son alimentos que contienen una serie de nutrientes y sustancias específicas que sirven para reducir la inflamación, y ésto a su vez mejorar el dolor y la rigidez en los músculos.
Por eso, si estás intentando recuperarte de una lesión o si queres mantener tu cuerpo sano, te recomiendo que sumes a tu alimentación habitual estos alimentos antiinflamatorios:
Salmón:
Existe numerosas evidencia respecto de que los ácidos grasos Omega 3 de origen marino (denominados Dea y EPA) ayudan a reducir la inflamación del cuerpo, de hecho , recomiendo a los y las atletas que asesoro, complementar además su dieta con un suplemento especifico de este nutriente en aquellos mesociclos de entrenamiento más intensivos. Además, el salmón particularmente, aporta una buena cantidad de proteína que también ayuda a reparar músculos inflamados tras una sesión intensa.
Cerezas, arándanos y otros frutos rojos:
Este amplio grupo de frutas combaten la inflamación por su gran cantidad de antioxidantes, específicamente unos fitonutrientes llamados antocianinas.
Estás sustancias tienen muchos beneficios antioxidantes en general, pero en particular impactan muy beneficiosa mente en la recuperación de los músculos doloridos. Podés comerlas como tal o incorporarlas a yogur o licuados.
Jengibre:
Su principio activo, y que le aporta ese leve sabor «picante», el gingerol, es un compuesto altamente antiinflamatorio que ha demostrado reducir el dolor muscular hasta un 25 %! Podés prepararte aguas saborizadas (poniendo rodajas de jengibre junto a otras frutas en una jarra de vidrio y la mantener en el refrigerador), o incorporarlo en infusiones (que además tiene un impacto preventivo ante infecciones respiratorias).
Cúrcuma:
Contiene la ya muy conocida curcumina, una sustancia con demostrado poder antiinflamatorio.
La podés incorporar en tus comidas, especialmente cuando se combina con una pizca de pimienta negra, no solo puede realzar el sabor de tus platos, sino que también potencia los beneficios antiinflamatorios de la curcumina.
Verduras de hoja oscura:
Las verduras de hoja como kale, berro, espinaca, acelgas son ricas en vitamina E, que protege contra las moléculas inflamatorias. También son ricas en muchas otras vitaminas y minerales con propiedades que promueven la salud.
Cuidado con los opuestos:
En el mismo sentido de favorecer la recuperación y prevención de lesiones a través de la ayuda de aquellos alimentos antiinflamatorios nombrados, también hay que prestar atención a lo demás que consumimos, para reducir el efecto inflamatorio que se puede generar no solo a través del ejercicio sino también a través de la alimentación. Es por ellos que tenemos que mantenernos alejados de productos ultraprocesados (ricos en en grasas trans, aceites vegetales omega-6 y las grasas saturadas), entre ellos se encuentran refrescos o gaseosas, frituras (tanto envasadas como los snacks, cómo aquellas que se preparan en aceites claros que no están preparados para tolerar las altas temperaturas), los carbohidratos refinados (como los panes blancos, la pasta y los aperitivos procesados), la carne roja y la margarina.