Velocistas y maratonistas practican el mismo deporte: correr. Pero ¿por qué los velocistas son (y deben ser) musculosos y tener un tren superior con un gran desarrollo muscular, a diferencia de los maratonistas, que suelen ser extremadamente livianos y de cuerpo pequeño? Las diferencias son vitales para el rendimiento de cada uno de ellos en sus distintas disciplinas. Es fuerza explosiva frente a resistencia.
La clave está en cómo deben equilibrar su físicos acorde al tipo de fibra que necesitan.Los velocistas necesitan en su musculatura fibras de contracción explosiva y gran potencia, mientras que los fondistas necesitas fibras de contracción lenta pero que puedan trabajar durante horas. El tipo de entrenamiento es uno de los condicionantes para preparar el cuerpo de manera adecuada, acorde a la duración que tiene cada competición. El velocista debe poner toda su potencia en segundos, mientras que el maratoniano debe administrar energía y otro tipo de fuerza a lo largo de por lo menos, dos horas, en el caso de ser atleta de élite o de más aún si es amateur. Es ahí donde entran en juego las fibras de contracción rápida y las fibras de contracción lenta. Cada atleta trabajará de forma prioritaria el tipo de fibras que más le beneficien a la hora de competir. Además en lo físico, el velocista necesita una cierta proporción entre tren inferior y superior para mantener un buen ritmo en la carrera. Si sólo se centrará en el trabajo de las piernas su carrera perdería eficiencia, por lo que es imprescindible para él entrenar el torso y los brazos. Ya que la fuerza de sus brazos juega un papel muy importante en su equilibrio e impulso. Respecto al peso en el velocista en el breve espacio de tiempo que dura su carrera, segundos, el peso no tiene incidencia. Por su parte el maratoniano deberá cargar con su peso durante 42 kilómetros, por lo que el maratoniano necesita ser lo más liviano posible para ganar segundos durante la carrera. Más allá de lo físico, la genética también juega su parte, la mayoría de las personas tiene cantidades similares de fibras rápidas y lentas, sin embargo los atletas de élite normalmente ya tenían más fibras afines a la modalidad que practican. Incluso sin entrenar ya serían diferentes los aspectos físicos de velocistas y maratonianos.