El verano es la estación ideal del año para desconectar de los entrenamientos y del atletismo. Las condiciones meteorológicas el cambio de los horarios laborales o el desplazamiento a lugares de vacaciones son algunos de los condicionantes que podemos poner a nuestro favor para realizar el conocido como entrenamiento cruzado. Se trata de combinar la carrera con otros deportes, en definitiva, diversificar nuestro trabajo y obtener ciertas ventajas. Al estar cambiando de actividad, evitamos la rutina y, con ello, movimientos repetitivos de nuestro organismo. La zancada, que es la base del entrenamiento del corredor, puede ser sustituida por la brazada o la pedalada; es decir, podemos probar a hacer natación o bicicleta algunos de los días de la semana. Esto supondrá un mayor estímulo para nuestros músculos y nuestro sistema cardiovascular, ya que al trabajar de manera distinta, evitará la sobrecarga y disminuirá el riesgo de lesiones. Para poner en práctica el entrenamiento cruzado, hay que partir de nuestra actividad habitual, que es la carrera. Así, por ejemplo, puedes organizar una de tus semanas de vacaciones de la siguiente manera
- Lunes: carrera 30 o 40 minutos
- Martes: bicicleta 40 o 50 minutos
- Miércoles: descanso
- Jueves: carrera 50 o 60 minutos
- Viernes: natación
- Sábado: descanso
- Domingo: deporte alternativo o en equipo.