Yvette Arranz
Mi Historia de amor con el Deporte
Desde muy pequeña mis padres me inculcaron a hacer deporte pero el baloncesto fue el que más me llamó la atención jugando en la posición de base durante más de 10 años.
Tras unas molestias en la espalda me detectaron una escoliosis considerable que tenía que tratar con corsé. Todo ello se fue haciendo más evidente cuando, al ser diestra, utilizaba más un lado que el otro y no fortalecía el lado débil de la espalda así que lo tuve que dejar para ponerme el corsé 23 de las 24 horas del día.
Tuve que abandonar el baloncesto y mi actividad deportiva pasó a ser 0.
Entonces, me dijeron que tenía que nadar y hacer ejercicios específicos para intentar que no fuera a más. Obviamente con 16 años, lo que más me apetecía era estar con mis amigas como cualquier adolescente, salir a divertirme y bailar. Entre esa época mala de edad y mis problemas de salud, abandone la vida sana de deportista y deje de cuidar mi alimentación. Ese camino no era nada bueno para mí y mi cuerpo me lo hacía saber.
Así que tuve que buscar una salida realizando algo de actividad física que me hiciera mejorar mi estado de salud y fue cuando comencé a ir a una escuela de baile para hacer algo de actividad.
Antes de cumplir los 18 años, me hice una revisión general y el cardiólogo me encontró unas arritmias sospechosas e hipercolesterolemia familiar, por lo que hacer deporte y llevar una nutrición equilibrada iba a ser mi medicina de por vida para mantener todos los niveles lo más normales posibles.
Vi que nadar sin motivación era perder el tiempo así que decidí prepararme para mi primer triatlón. Además, fue el mismo año en el que, tras un sorteo muy reñido, Reebok me escogió como Real World Athlete y me llevaron a Boston para hacer mi primera Spartan Race, clase de crossfit y Les mills junto con personas muy especiales que no olvidaré por todas las experiencias tan buenas que pasamos y por lo que cada uno hemos cosechado desde entonces.
Pasé de sacarme mi carrera de social work a especializarme como entrenadora ya que el deporte se había convertido en mi pasión y quería ligarme más a él.
En paralelo y de cara a la preparación de ese triatlón por fin me hice amiga del agua y comencé a hacer entrenamientos diferentes de una hora o más yo sola, saliendo a correr directamente simulando la prueba y motivándome al máximo para ir varios días por semana. La bicicleta la metía más en gimnasio y cuando podía salía a rodar por Casa de Campo.
Después, las ganas de superarme me hicieron mejorar en carrera federándome en atletismo probándome en varias modalidades para conocer mejor mis fortalezas y debilidades, que me hicieron ser más fuerte a la hora de competir.
Todas estos pequeños detalles me hicieron ver el deporte de una manera más seria y meterme de lleno en él. Ahora mismo compito en muchas carreras populares y en algunos campeonatos donde mi afán competitivo y de superación personal me lleva conseguir algúnos podiums y victorias.
A pesar de esos logros, lo que más valoro es que un día decidí cuidarme y mirar por mi salud y el acercamiento al deporte del atletismo hace que hoy en día goce de una buena salud y un físico fuerte que me evita tener dolores o molestias en mi día a día.
Me siento super feliz de haber tomado ese camino porque es lo que me llena hoy por hoy y lo que me ha hecho tomarme la vida con otra filosofía. Me motivo día a día y me esfuerzo para seguir trabajando para mejorar además de que conozco mucho mejor a mi cuerpo en todos los niveles, ya que es importante saber escucharle y darle lo que te pide en cada momento.
Con todo este relato solo quiero hacer ver que yo no soy una súper mujer, soy como muchas de vosotras que buscan su espacio entre sus obligaciones laborales y sociales para mantenerse activa y que un día decidió cambiar y luchar contra esos pequeños obstáculos de salud.
Una mezcla entre positivismo, dieta sana, fuerza de voluntad y pasión ha sido la clave para mi cambio.
Si yo pude, tu también podrás. Lucha por ti, lucha por tu salud, lucha por lo que te hace feliz.
Muchas gracias.