Hablamos de las Legumbres
NO PRESCINDAS DE ALIMENTOS IMPORTANTES
Por el equipo corricolari es CORRER
“El deportista que observa una dieta balanceada (equilibrada, con variedad de alimentos) recibe todos los nutrientes necesarios para su condicionamiento físico”.
Esto lo escribía el Dr. Enrique González Ruano ya en 1986, en uno de los primeros libros (“Alimentación del Deportista” de la Editorial Marban) publicados en España y dedicados al deportista en el que hacía constar que prescindir de algunos alimentos tiene consecuencias graves.
Pero…¿qué es una dieta equilibrada?
DURANTE AÑOS SE HA MANTENIDO QUE ESA DIETA EQUILIBRADA, ESA DIETA CONSENSUADA ENTRE ESPECIALISTAS DEBERÍA DE TENER UNA DISTRIBUCIÓN DE 45- 55% DE CARBOHIDRATOS, 15-25% DE PROTEÍNAS Y 25-35% DE GRASAS TOTALES.
Acerca de qué deben de comer los deportistas y cuál es la composición óptima es un tema que ha generado bastantes polémicas.
Las intolerancias alimentarias, las alergias o las decisiones conscientes de no incluir determinados tipos de alimentos de carácter animal son asuntos muy a la orden del día y que determinan el contenido de nuestro plato.
Conocerlas, descubrirlas y compartirlas, puede ser algo bueno y por ello es muy recomendable leer, compartir y estar informado. Quizás la clave es saber identificar qué macronutriente tiene principalmente cada alimento.
Compartiendo o no los porcentajes de distribución de lo que durante años ha sido el consenso, todos los grandes especialistas coinciden en la necesidad de comer variado a la vez que equilibrado.
En este artículo queremos rescatar un alimento que puede convertirse en un gran aliado del deportista, pues es fácil adquirirlo, es bastante versátil y al no ser una proteína animal, puede incluirse en cualquier dieta.
Las legumbres algo muy nuestro que no se debe perder.
Las legumbres, fruto de las plantas de la familia de las leguminosas, son un alimento muy homogéneo, de gran valor dietético y muy tradicional.
Su consumo, que había disminuido un poco por la creencia y por el erróneo concepto de que engordan, cuando en realidad contienen pocas grasas, está de nuevo en alza. El problema no es la legumbre, si no cómo la combinamos, cocinamos y con qué la acompañamos.
Del mismo modo, las legumbres no son alimentos caros, y en nuestro país disponemos de grandísimas denominaciones de origen.
Sus proteínas son bastante equilibradas y aportan un buen número de sales minerales como el calcio (tan necesario para los niños, ancianos y mujeres próximas a la menopausia) y el hierro, especialmente las judías y las lentejas.
Las legumbres son muy ricas en fibra e ideales contra el estreñimiento.
Por ejemplo, un plato de alubias (80 gr. en crudo) nos aportaría alrededor de 15 gr. de fibra, casi la mitad del total diario recomendado. Son también muy buenas para personas con hipercolesterolemia y diabetes.
Las legumbres puedes encontrarla secas o precocinadas.
La mejor manera de conservar las legumbres secas es en tarros de cristal o en otro tipo de recipientes herméticos.
La ventaja de las de cristal es ver el contenido. Si se utiliza el envase original, una vez abierto conviene cerrarlo con una pinza o goma. No se caerán y se conservarán mejor.
En ciertas zonas es tradicional introducir una hoja de laurel para evitar la entrada de bichitos.
El día antes de su preparación -o al menos unas horas antes- conviene ponerlas a remojo y es preferible evitar las aguas calcáreas.
No todas las legumbres precisan de remojo previo.
Las más blandas, guisantes o lentejas, pueden cocerse en olla a presión sin necesidad de remojo.
La cocción es aconsejable que sea lenta para evitar que queden duras y hay que empezarla con agua fría.
Cocinarlas con alguna especia como el laurel, el romero, comino y el hinojo ayudará a evitar la producción de gases.
Si no estás acostumbrado a comer legumbres, lo aconsejable es ir incorporándolas paulatinamente en tu dieta.
La sal es mejor echarla al final.
Si optas por las legumbres precocinadas, en los establecimientos encontrarás conservas cocinadas en agua y sal, que tan solo necesitan acompañarse con un rehogado y las conservas de legumbres elaboradas según receta.
Llevan diversos ingredientes, algún conservante, pero están listas para consumir calentando sólo el contenido, por eso, te recomendamos que, leas la etiqueta y elijas aquella que se asimile a la más natural posible.