Con independencia de si se entrena o compite, una rutina apropiada para calentar y enfriar es esencial para mantener la forma y un nivel óptimo de rendimiento. Siempre conviene calentar unos 10-15 minutos antes de empezar la sesión de entrenamiento y aproximadamente el mismo tiempo para enfriar al acabar.
¿Más peso es igual a más lesiones?
Si eres un atleta de una complexión grande seguramente más de una vez te habrás preguntado si tienes más riesgo de sufrir lesiones debido a tu peso. Si bien hay bastantes razones teóricas plausibles por las que un corredor más pesado podría sufrir más impacto en sus articulaciones, las cosas no siempre son lo que parecen cuando hablamos de lesiones. El sobrepeso no está asociado directamente con un riesgo de lesión mayor, ya que los corredores más pesados son propensos a correr distancias más cortas, y a hacerlo más lentamente que los corredores ligeros, lo que supone una cierta autolimitación. Es posible que nuestro cuerpo se adapte a llevar su propio peso, sin importar si eres gordo o delgado, ya que cuando se trata de lesiones todos estamos en las mismas condiciones.
Beneficios del calentamiento:
• Eleva la transmisión de oxígeno a los músculos y previene la acumulación de ácido láctico y otros desechos metabólicos
• Eleva el metabolismo y la temperatura de los músculos, aumentando la flexibilidad
• Incrementa la velocidad de la contracción muscular
• Incrementa la eficiencia deportiva y reduce el riesgo de lesiones
• Incrementa el ritmo cardiaco a un nivel apropiado para correr
• Mejora el estado de alerta y la concentración
Beneficios del enfriamiento:
• Disipa el ácido láctico y otros desechos metabólicos, lo que reduce los efectos negativos de su presencia en los músculos
• Reduce la aparición de dolores musculares
• Reduce el riesgo de mareo o desvanecimiento a causa de la acumulación de sangre venosa en las piernas
• Reduce los niveles de adrenalina en sangre
• Recupera el ritmo cardiaco
• Incrementa el estado de alerta y la concentración