Una estrella que se apaga….

Hace pocos días que la noticia de la grave enfermedad de Alejandro Gómez cogió de sorpresa a todo el mundo del atletismo nacional.

El ex atleta gallego de 53 años anunciaba que tenía un tumor incurable que avanzaba a gran velocidad apagando su vida y mermandolo físicamente hasta el punto de no poder apenas andar.

Para quien no conozca la figura de Alejandro Gómez, decir que fue el primer español en bajar de 2:08 en maratón,fue en Rotterdam en 1997, y con un tiempo de 2h 07m 54s,siendo segundo.

Estuvo en  tres Juegos Olímpicos (Seúl 1988 en 5.000 metros, y en Barcelona 1992 y Atlanta 1996 en 10.000 metros).

6o en el Mundial de Cross de 1989 codeándose con los africanos.

Subcampeón de Europa de Cross en el año 1995 donde además España fue campeona de Europa por países.

Fue campeón nacional de Cross en el año 1989 y 1995.

5 veces campeón de España de 10.000 donde su mejor tiempo fue 27:39.38

3 veces campeón de España Júnior de 5.000.

Fue dos veces campeón de España de medio maratón los años 1992 y 2003. 1h01:20 fue su mejor tiempo en esta distancia.

Internacional en 33 ocasiones en bastantes años de actividad, Alejandro Gómez tiene como mejores marcas las siguientes:

 7:47.7 en 3.000 (año 1989).

13:20.91 en 5.000 (1989).

8:33.6 en 3.000 obstáculos(1989).

3:39:18 en 1.500 (1991).

Repasado su currículum entenderéis ahora la dimensión de la noticia de su grave enfermedad y que se nos vaya un atleta que llegó muy lejos sin haber hecho trampas.

El mismo ha dicho que le gustaría que se le recordará como una buena persona y así lo atestiguan sus pupilas del UD Mos. Una de ellas nos ha dicho que, «por encima de ser mi entrenador y una leyenda viva del atletismo es un gran amigo. Le queda poco tiempo y se le tendría que rendir un merecidísimo homenaje»

Alejandro en estos últimos años había conseguido fusionar dos de sus mayores  pasiones como eran el atletismo y los perros. Se había convertido en un gran referente en el mundo del canicross donde hace 3 años ganó la triple corona.

Sus otras pasiones son el fútbol dónde es fiel seguidor del Celta de Vigo.

La última pasión son sus pupilas en el club de atletismo donde es preparador físico y donde intenta transmitir todo lo que vivió en el mundo del atletismo de élite.

Fue un corredor de talento natural que quizás sí hubiera seguido un entrenamiento más vigilado hubiera tenido un rendimiento aún más alto pero fue en su momento llegó a tutear a los africanos y mejores europeos en el mundo del cross y la distancia maratón.

Ahora pasa sus últimos días acompañado de su pareja y de su psicóloga que cuenta que se mantiene fuerte y haciendo balance de toda su vida y queriendo lo dar unos últimos mensajes que le hagan recordar como el gran atleta que fue. Vive este duro trance sin angustia porque ha podido ordenar todo su mundo interior y eso le ha tranquilizado.

Desde la revista Corricolari le mandamos toda la fuerza necesaria en esta última carrera que esperemos que se alargue lo máximo posible para que la estrella del Galgo de Zamáns no se termine de apagar nunca.