Cuando se piensa en el entrenamiento cruzado, a menudo, su mente inmediatamente va al gimnasio o a ejercicios concretos. Pero ¿qué pasa con las montañas? Realizar senderismo en los circuitos de las montañas es una gran forma de producir mejoras que repercutirán en la carrera. He aquí por el qué.
Fortalecimiento de las piernas
El senderismo es una gran manera de fortalecer las piernas. Con cada paso por la montaña está utilizando sus glúteos para ascender y para llanear.
Esos pasos simulan el movimiento de un corredor a toda velocidad. Y el aumento de la fuerza de las piernas no es sólo para los glúteos, cuando baje la montaña, sus cuádriceps dominarán la acción. Y también entrarán en acción los músculos estabilizadores.
Mejora de la estabilidad
Con cada paso estará trasladando todo el peso sobre un pie por un momento, y deberá mantener su cuerpo en posición vertical. Al caminar sus movimientos se realizan a un ritmo más lento esto permitirá a su cuerpo activar los músculos que a menudo no lo hace por ir a velocidades más altas.
Fortalecimiento de los músculos que intervienen en la estabilidad
El senderismo se desarrolla en un terreno desigual lo que conlleva un gran respiro al cambiar la monotonía del rodaje en asfalto. Es también una oportunidad para que comience a utilizar algunos de esos músculos estabilizadores de sus tobillos y piernas. Su musculatura se mueve lateralmente para equilibrarse ante los desniveles existentes a lo largo del sendero. El senderismo es una gran manera de cambiar la rutina de los entrenamientos, a la vez que aumenta la fuerza de algunos grupos musculares que más tarde utilizará en la carrera.